domingo, 28 de marzo de 2021

Abaurrea Baja (Navarra)

En campo de plata, un árbol de sínople con un jabalí de sable, brochante o atravesado al tronco, y bordura angrelada de gules.


El nombre vasco de la localidad es Abaurrepea, que proviene de Abaurre(a) + -pe(a) (de abajo), aunque en la comarca del Valle de Aézcoa se pronuncia como Aburrepea. Este nombre es cooficial desde la década de 1980.










miércoles, 24 de marzo de 2021

Abaurregaina/Abaurrea Alta (Navarra)

En campo de plata, un árbol de sínople con un jabalí de sable, brochante o atravesado al tronco, y bordura angrelada de gules.

Su población en 2020 fue de 127 habitantes (INE), su término municipal tiene una superficie de 21,36 km²

Jardín de las estelas


Ermita de San Miguel


Es muy variada la forma en la que se ha transcrito el nombre del pueblo durante la Edad Media. La mención más antigua de este pueblo data de 1237 cuando se le menciona bajo diferentes nombres como Auerea, Aurrea, Aveurrea y Euierrea. Luego aparece como Avehurrea (1268), Avaurrea (1281), Aueurrea (1350), Abeure (1362) y Abeurrea (1366). Al menos desde el siglo XVI parece que está asentada la actual forma de escribirlo; Abaurrea (1532). La Abaurrea que se menciona hasta el siglo XVIII se corresponde a la actual Abaurrea Baja, siendo Abaurrea Alta originalmente un barrio de bordas del primero. En 1719 aparecen mencionados por primera vez los dos pueblos que llevan este nombre, distinguiéndose por primera vez entre Abaurrea la Alta y Abaurrea la Baxa.

El nombre en vasco de la localidad es Abaurregaina, que proviene de Abaurre(a) + -gain(a) (de arriba), aunque en la comarca del Valle de Aézcoa se pronuncia como Aburregeina. Este nombre es cooficial desde la década de 1980. 


 

martes, 23 de marzo de 2021

PAMPLONA (Navarra)

Según el blasón: en campo de azur, león pasante de plata, lampasado y armado de gules y surmontado, al centro, por corona real de oro; en bordura, las armas de Navarra, cadenas de oro sobre gules. Al timbre, corona ducal.
Pamplona está ubicada en el norte de la península ibérica, y en el centro de la cuenca de Pamplona. Se extiende a ambas orillas del río Arga y por ella discurren otros dos ríos, el Elorz (afluente del Arga) y el Sadar (afluente del Elorz). Cuenta con una población de 201 653 habitantes (INE, 2019) repartida en una superficie de 25,098 km², según los datos del registro municipal. Su área metropolitana alcanza los 334 830 habitantes distribuidos en una superficie de 488,6 km²
 
Tradicionalmente se ha creído que la ciudad fue fundada en el 74 a. C. por el general romano Pompeyo como Pompaelo o Pompelo sobre un poblado preexistente, de supuesto origen vascón, quizá denominado Bengoda,​ aunque ninguna fuente histórica clásica recoge este dato; Estrabón sí alude, sin precisar detalles, que la fundación de Pamplona fue obra de Pompeyo. La ciudad se convertiría desde entonces en una de las poblaciones más importantes del territorio de los vascones. Tras las invasiones de los pueblos germanos del siglo VI, el reino visigodo de Toledo se estableció en Pamplona, pero manteniendo continuas campañas contra los vascones. La posterior conquista musulmana de la península ibérica del siglo VIII logró la sumisión del territorio pamplonés
Durante la primera mitad del siglo IX, la nobleza local, con la alianza de la familia Banu Qasi, consiguió la consolidación de un núcleo de poder independiente liderado por Íñigo Arista, que convirtió a Pamplona en la capital del Reino de Pamplona el cual, avanzada la Edad Media, se transformará en el Reino de Navarra. En 1423 Carlos III de Navarra dictó el Privilegio de la Unión que unificó los tres burgos de Pamplona en una única ciudad. En 1512 fue ocupada por las tropas enviadas por Fernando el Católico, al mando del duque de Alba, con la derrota definitiva en 1521, y que junto con la parte peninsular del antiguo reino navarro quedó anexionada en la Corona española. La mayoría del nacionalismo vasco la considera también capital histórica de Euskal Herria.
Su patrimonio histórico y monumental, así como diversas celebraciones que tienen lugar a lo largo del año, la convierten en una ciudad receptora de turismo nacional e internacional. Destacan los Sanfermines, de fama internacional, llenándose sus calles de miles de forasteros venidos de todas las partes del mundo. Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (cohete) desde el balcón del ayuntamiento a las doce del mediodía del 6 de julio, y terminan a las doce de la noche del 14 de julio con el Pobre de mí, una canción de despedida. Su fama mundial es un fenómeno reciente, vinculado también a la difusión que les dio Ernest Hemingway con su novela Fiesta.
Ayuntamiento de Pamplona

Museo de Navarra. La capilla a la derecha

Teatro Gayarre

Monumento a los Fueros de Navarra

Puente de la Magdalena
románico (siglo XII), por él pasan los peregrinos por el Camino de Santiago.

Parque fluvial del río Arga.

Parque Yamaguchi, jardín japonés.

Jardines de la Taconera, la Mariblanca


Iglesia de San Saturnino

También llamada de San Cernin, o San Sernin. Iglesia que inicialmente se edificó en estilo románico y que tras sufrir las consecuencias de la guerra entre los burgos, fue reedificada a finales del siglo XIII en estilo gótico. Tienen dos torres que le dan al templo un carácter de fortaleza. La torre norte está rematada por un chapitel de ladrillo, colocado en el siglo XVIII en sustitución de le las antiguas almenas.174​Su fachada principal que da al norte, está formada por un amplio atrio, compuesto por arcos ojivales o apuntados y una bóvedas del siglo XVI. También tiene una portada en cuyos capiteles se representan escenas de la pasión e infancia de Cristo y a los lados de su arco hay colocadas sendas tallas de Santiago peregrino y San Saturnino.​
En el lugar donde estuvo el claustro se construyó en el siglo XVIII la Capilla de la Virgen del Camino.

Catedral de Santa María. 
Está situada en La Navarrería, que es el punto más alto y más antiguo de la ciudad. De origen desconocido desde 1023 fue sede episcopal comenzando su remodelación que acabaría en 1100 para ser consagrada en 1124. Tras ser declarada en ruina en 1300 comenzó su reconstrucción gracias al impulso de Carlos III, rey de Navarra, y el cardenal Martín de Zalba, obispo del lugar.​ De estilo gótico la catedral destaca por su valor artístico, ya que está considerado como el conjunto monumental gótico más importante de Navarra. Destacan en la torre norte tres campanas del siglo XVI; la fundición de la mayor de ellas, llamada de "María", data de 1584 y es tañida únicamente en circunstancias de especial solemnidad. En su interior se observa una gran unidad de estilo dentro del gótico. Posee planta de cruz latina con una nave central de dos cuerpos y crucero de su misma altura, dos naves laterales, girola y capillas laterales todas ellas con bóveda de crucería simple.​ En el presbiterio, bajo un baldaquino gótico moderno, está la imagen de Santa María la Real, talla románica chapeada de plata, ante la cual juraban su cargo los reyes de Navarra. En medio de la nave central está el mausoleo de los reyes de Navarra, Carlos III y su esposa Leonor.

Las condiciones de su cuenca han favorecido el asentamiento humano desde el inicio de los tiempos. Los hallazgos de Industria lítica (herramientas de piedra) que se han realizado en las terrazas del río Arga dan testimonio de la ocupación humana de estas tierras hace 75.000 años. Durante la excavación en los años 2001-2003 de la plaza del Castillo se encontró un menhir que no se ha logrado datar.​

Sobre el primer milenio antes de Cristo, en la actual ciudad de Pamplona se alzaba un poblado de vascones que a decir de algunos ya recibía el nombre de Iruña.​ También se ha considerado y es más probable, que la denominación Bengoda es vascona y que correspondió a la actual Pamplona, capital del territorio vascón.5​ Este territorio acuñó moneda propia, en cuyo reverso aparecía la leyenda Bascunes o Barscunes y en el anverso, aunque no siempre, la de Bengoda que según el historiador y numismático Antonio Beltrán Martínez correspondía a la ceca y capital de los vascones. Cronológicamente podrían corresponder a la segunda mitad del Siglo II a. C. o al I a. C.

Palacio de Navarra
Es el edificio de la sede del gobierno de Navarra (España), en Pamplona, que data del siglo XIX. Fue sede inicial de la Diputación de Navarra y continúa siendo la sede del Gobierno de Navarra y de su presidencia

Fachada del Ayuntamiento

Diario de Navarra

Aeropuerto

Colegio Escolapios, obra de Víctor Eusa

Escuela de música municipal 

Universidad de Navarra




Ambiente festivo en los San Fermines

 Edificio del Parlamento de Navarra

Monumento a los caidos


En el siglo V el poder romano es sustituido por el visigodo, pero éstos, al contrario que los romanos, no alcanzaron una buena relación con los vascones. La ciudad fue sede episcopal de la iglesia visigoda,​ y en ella residieron visigodos por las necrópolis de la época que se han hallado. La mala relación entre vascones y visigodos ha dado pie a una cierta polémica sobre la presencia de éstos en la ciudad.

A la llegada de los musulmanes en el 711, el rey Rodrigo se encontraba combatiendo a los vascones en Pamplona y en menos de cinco años las tropas árabes y bereberes alcanzaron la ciudad, sometiéndola mediante compromiso adoptado entre los comandantes del Califato Omeya y representantes de la ciudad. La dominación cordobesa se prolongó intermitentemente hasta el 806, momento en que cayó bajo influencia franca, reemplazada poco después por las fuerzas autóctonas vasconas lideradas por Íñigo Arista (circa 814) y el apoyo imprescindible de los Banu Qasi de Tudela.

Tras la conquista musulmana de los dominios visigodos y las posteriores incursiones de las tropas carolingias en 778, 806, 812 y 824, en el siglo IX, Pamplona se consolida dentro de un emergente núcleo cristiano con estrechos lazos dinásticos y regionales con los Banu Qasi, que da lugar a la creación del Reino de Pamplona. Este reino tuvo como primer caudillo a Íñigo Arista (c. 816-851) de la dinastía Arista-Íñiga que fueron sucedidos en el año 905 por la dinastía Jimena. El reino pasaría a denominarse en el siglo XII, durante el reinado de Sancho VI el Sabio, Reino de Navarra. Durante el siglo X se instalaron en la ciudad nuevos pobladores, principalmente francos.

Río Arga

Portal de Taconera



2019


La Guerra de la Independencia da paso a un periodo liberal que modifica el Estado, abandonando las antiguas tradiciones y privilegios. La oposición a estas nuevas ideas se concreta en la lucha entre liberales (isabelinos) y tradicionalistas (carlistas). Navarra, donde el arraigo foral es muy fuerte y sentido, se decanta mayoritariamente por la parte carlista, defensores del absolutismo y del régimen foral. Sin embargo, en Pamplona el predominio es liberal.​ La derrota de los carlistas en las diferentes Guerras Carlistas se plasma en una reducción efectiva del régimen foral en 1841 con la reforma de los fueros (Ley de Modificación de Fueros de Navarra), en la cual la burguesía pamplonesa y la burocracia funcionarial obtienen algún hueco para sus ideas.

Desde el gobierno central se persigue el recorte a la autonomía fiscal navarra, produciéndose una rebelión popular en defensa de los fueros en 1893, denominada Gamazada, con una gran manifestación en Pamplona entre otros actos. En memoria a este movimiento de defensa foral se construye en 1903 por suscripción popular el Monumento a los Fueros ante el Palacio de Navarra en el centro de la ciudad y que en la actualidad sigue sin ser inaugurado.

A finales del siglo XIX, en el año 1888, comienza la expansión urbana de la ciudad con el diseño del Primer Ensanche, que se realiza entre la ciudad y la Ciudadela con el derribo de dos de sus baluartes, en el que participan los arquitectos locales más relevantes. Este ensanche no lograría romper el cerco de las murallas, que permanecieron erguidas hasta el año 1915, ya que la ciudad estaba considerada "plaza fuerte". El hecho de que los muros permanecieran tanto tiempo en pie dio lugar a que la ciudad creciera en vertical, por lo que muchos edificios antiguos tienen una altura relativamente alta comparada con edificios de la misma época y de otras ciudades.​

Después de una larga negociación con los militares y dada la inutilidad de las murallas en la guerra moderna, en 1901, mediante una Real Orden, se estableció el derribo de las murallas del sur de la ciudad y su posterior urbanización. En 1915 se inició el derribo de las murallas que permitirían la construcción del Segundo Ensanche que se abrió hacia el sur, con nuevas calles, planteadas con un esquema riguroso, a la manera del aplicado por Cerdá en el Ensanche de Barcelona realizado en el siglo anterior.

La Segunda República Española

En las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, que llevaron a la II República, en Pamplona triunfó la Coalición católico-fuerista con 17 concejales frente a los candidatos republicano-socialistas con 12.63​ En Pamplona se repitieron el 31 de mayo tras la impugnación republicano-socialista, con victoria de estos con 15 concejales frente a 14 ediles de las derechas.64​ La alcaldía estuvo ostentada primero por Mariano Ansó del Partido Republicano Autónomo Navarro y posteriormente por Nicasio Garbayo, de Acción Republicana.

Desde 1932 los requetés comenzaron a actuar provocando enfrentamientos armados en las calles de Pamplona y su comarca. Encabezaban estas acciones relevantes militantes tradicionalistas, como Silvano Cervantes, Mario Ozcoidi y Jaime del Burgo (padre de Jaime Ignacio del Burgo).​

La Guerra Civil (1936-1939)

Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936, el general Mola fue destinado a Pamplona como gobernador militar procedente de Marruecos. Este traslado se produjo como un intento de separación de ciertos mandos militares de los que se tenían sospechas de su poca fidelidad al gobierno republicano.​

Los resultados de las elecciones de febrero en Pamplona fueron claramente favorables a las fuerzas de derecha. El bloque de derechas, del que formaban parte los carlistas, obtuvo 11.963 votos, mientras que el bloque de izquierdas se quedaba en 2.416, igual número que los conseguidos por los nacionalistas vascos.​

La conspiración contra el gobierno recién salido de las urnas se empezó a fraguar en la ciudad. El entonces director del periódico Diario de Navarra, Raimundo García García, conocido por "Garcilaso", hizo de mediador entre el general Mola y los grupos carlistas, los requetés.​

En la tarde del 17 de julio de 1936 se produce el golpe de Estado contra el gobierno de la República en África. En la ciudad, donde se había fraguado buena parte del operativo, es apoyado por las fuerzas de derechas y triunfa sin problemas, con excepción de algunos altercados en sus calles.​ En la tarde del día 18 el comandante de la Guardia Civil en Navarra, José Rodríguez-Medel Briones, tras discutir con el general Mola por mantenerse leal a la República, fue asesinado por uno de sus subalternos, quedando, de esta forma, anulada la posible resistencia a la sublevación.

Así los sublevados imponen su orden en la ciudad haciendo público el bando, que previamente había sido impreso en las rotativas del Diario de Navarra, y pasando a confiscar propiedades de partidos y grupos políticos contrarios al alzamiento y a realizar ejecuciones, mediante fusilamiento, a personas que a los ojos de los alzados no eran de fiar, que se llevaron a cabo en la parte de atrás de la ciudadela y se prolongaron desde el comienzo del alzamiento militar hasta después de finalizar la guerra. ​Fueron fusiladas en la ciudad 303 personas, entre ellas seis que habían sido concejales: Florencio Alfaro Zabalegui, Gregorio Angulo Martinena, Corpus Dorronsoro Arteta, Victorino García Enciso, Mariano Sáez Morilla e Ignacio Sampedro Chocolonea.​

El fuerte San Cristóbal, situado en la cima del monte Ezcaba y cerca de la ciudad, fue convertido en cárcel durante la República y continuó siéndolo durante la guerra bajo el control de las tropas del bando sublevado. El 22 de mayo de 1938 se produjo en el fuerte una de las mayores fugas en la historia mundial, con 795 presos huidos de los 2.487 encarcelados. Solamente tres de ellos consiguieron escapar y cruzar la frontera con Francia, mientras que 211 cayeron bajo las balas de los militares franquistas y el resto fueron recapturados. De los detenidos, 14 fueron condenados a muerte y fusilados el 8 de septiembre de 1938 junto a la Ciudadela de Pamplona.​

La Dictadura Franquista

Como en el resto de España, las principales calles de la ciudad son renombradas en honor a los "héroes" de los vencedores, pasando a llamarse Avenida del General Franco, Mártires de la Patria, General Mola... Además, se levanta el Monumento a los Caídos, diseñado por los arquitectos José Yárnoz y Víctor Eusa y llamado oficialmente "Navarra a sus muertos en la cruzada", en el que estuvieron sepultados los generales golpistas Mola y Sanjurjo hasta noviembre de 2016 , y se rinde homenaje a los fallecidos de las tropas sublevadas. ​Las buenas relaciones con la Iglesia Católica, todavía en esa fase del régimen, facilitan que el Ayuntamiento ceda los terrenos necesarios para que se construya la Universidad de Navarra y la Clínica Universitaria de Navarra, lo cual tuvo un gran impacto en la economía de la ciudad y también influyó socialmente en su población.​

Sin embargo, el Consistorio pamplonés en este periodo es singular con respecto a España. El reconocimiento de Franco del régimen foral navarro llevó a que la ciudad fuera gestionada por varios "alcaldes sociales" (en el que destacó Urmeneta) que promovieron la participación ciudadana, enfrentándose en ocasiones al régimen. Al mismo tiempo, en la ciudad se produjeron importantes huelgas que se iniciaron en 1951, y que en los años 60 y 70 llegó a tener la mayor conflictividad del Estado.​

En poco tiempo, la ciudad se duplicó en población, pasó de unos 72.000 habitantes en 1950 a 147.000 en 1970.72​ En el periodo desarrollista se impulsa y construye en Pamplona el polígono industrial de Landaben que fue contemplado en 1964 en el Plan de Promoción Industrial de la Diputación Foral de Navarra. El polígono industrial trajo consigo un cambio en las relaciones económicas de la ciudad, que hasta entonces habían estado basadas en las actividades comerciales, rurales y de servicios con una actividad industrial meramente artesanal.​

La Transición

Con la muerte de Franco en 1975, se abre un proceso para convertir la dictadura franquista en un sistema democrático similar a otros países europeos. La cuestión territorial es uno de los principales asuntos que se debía organizar. Algunas fuerzas políticas consideraban que el País Vasco y Navarra debían de organizarse en una única autonomía, incluso en un Estado independiente, con Pamplona como capital.73​ En ese periodo el Ayuntamiento incrementó el impulso de la participación ciudadana, lo que provocó la suspensión gubernamental del alcalde Javier Erice, y en 1977 izó la ikurriña en su balcón, lo que llevó a la dimisión de varios ediles.​

En esa época se producen en la ciudad frecuentes disturbios en sus calles, atentados de ETA y acciones violentas de la extrema derecha, estas amparadas en ocasiones por el Estado.​ Dentro de las diferentes luchas por las libertades, esta situación fue similar a la del País Vasco. Destacan en Pamplona la virulencia de la semana proamnistía de mayo de 1977, con dos muertos de los siete habidos en el País Vasco y Navarra​ y, en especial, los Sanfermines de 1978. ​El cambio político del Partido Socialista de Navarra, en el que abandona la unidad con el País Vasco y apuesta por el desarrollo autonomista navarro, con el Amejoramiento del Fuero en 1982, marcó un significativo cambio en el futuro de Navarra.​

Entre los atentados de ETA llevados a cabo en Pamplona destaca el asesinato en 1998 de Tomás Caballero, que fue alcalde de la ciudad al inicio de la transición y que en ese momento era concejal por Unión del Pueblo Navarro.​ Ya en siglo XXI el Ayuntamiento crea una Dirección General de Paz y Convivencia que desarrolla acciones para honrar la memoria de las 27 víctimas de ETA en la ciudad.​

A pesar de todo se fue produciendo el desarrollo como ciudad de servicios e industrial, cabeza del "viejo reino de Navarra", consiguiendo una de las cuotas de desarrollo más altas del Estado español.​

Siglo XXI

En la actualidad, superada la transición a la sociedad industrial, se presenta como una ciudad de tamaño medio que reparte su actividad entre la industria y los servicios, destacando la excesiva dependencia del sector automovilístico, en torno a la fábrica de Volkswagen.​

A comienzos del siglo XXI ronda los 200.000 habitantes y se sitúa en el centro de un área de influencia de 360.000 habitantes. La conversión de las antiguas zonas militares situadas en el centro de la ciudad en parques públicos y zonas verdes y la adecuación de espacios de esparcimiento a las afueras han hecho de Pamplona la ciudad española con más zonas verdes por habitante y la sexta de la Unión Europea de los 27. ​El crecimiento urbano, tecnológico, económico, social y cultural que se da en la ciudad hacen que ésta tenga una elevada tasa de servicios sociales, de oferta educativa y sanitaria, de espacios dedicados al ocio, de polos de actividad industrial o de comunicaciones. El proceso de modernización cuenta con numerosos hitos, como la inauguración en 2003 del Palacio de Congresos y Auditorio de Navarra, la puesta en marcha de varios centros cívicos culturales (denominados bajo la marca "Civivox") en diferentes barrios de la ciudad, así como un importante impulso a las comunicaciones que comenzó el 9 de noviembre de 2007 con la nueva estación de autobuses, los planes de ampliación del aeropuerto y la futura conexión a la red de ferrocarriles de alta velocidad mediante una conexión con la Y vasca y el eje del Ebro. Por otra parte, Pamplona se postuló como candidata española para Capital Europea de la Cultura de 2016, año en el que compartirán la capitalidad una ciudad española y otra polaca,83​ aunque no llegó a estar entre las seis finalistas.

miércoles, 10 de marzo de 2021

Abaigar (Navarra)

Escudo del Abaigar (Navarra), según el blasón: Escudo cuartelado en cruz; En el 1ºy 4º: En campo de gules una estrella de ocho puntas de oro y en el 2º y 3º: En campo de oro dos lobos pasantes de sable y de bordura dieciseis aspas de oro sobre gules.
Abaigar se encuentra situado en la Merindad de Estella, a 58 kilómetros de Pamplona. Su población en el año 2014 era de 98 habitantes, dedicados la mayor parte al sector primario y en menor medida la construcción y los servicios. El pueblo no cuenta con industrias y durante el último siglo ha visto reducida su población a la mitad.


La parroquia de San Vicente es un edificio con planta de cruz latina cubierta por bovedas de cañón que data del siglo XVI (terminada en 1563). En el año 1776 fueron renovadas sus cubiertas y elementos decorativos. Alberga en su interior un retablo con tallas y relieves del siglo XVI, dos retablo colaterales de finales del siglo XVIII y un tesoro con diversas piezas de orfebrería. A las afueras del pueblo podemos encontrar la ermita de San Bartolomé, construida por este y otros seis pueblos cercanos a principios del siglo XIX.

Ermita de San Bartolomé
La ermita de San Bartolomé, localizada en las afueras del pueblo camino de Oco, se bendijo en 1818. Fue construida de nueva planta por siete pueblos de la Hermandad de San Bartolomé de Oco (Abaigar, Ancín, Etayo, Legaria, Mendilibarri, Murieta y Olejua) de ella quedó excluida Oco. Su estilo neoclásico, presenta una disposición de cruz latina con bóvedas de medio cañón y aristas, baja las que se abren ventanas semicirculares. En el prebisterio tiene un retablo barroco de las primeras décadas del siglo XVIII con columnas salomónicas y decoración de follajes, que debe poner en re
lación con el maestro estellés Juan Ángel Nagusia. Guarda una imagen de San Bartolomé del segundo tercio del siglo XVI.

La fuente del pueblo data de 1906 y se conserva en muy buen estado. Dispone de abrevaderos donde antiguamente bebía el ganado.


Historia: 
A finales del siglo XIII los collazos de este pueblo son de titularidad noviliaria y el monasterio de Iranzu posee algunos bienes en la villa. Durante la mayor parte de la historia de este lugar pertenece al valle de Ega y la localidad adquiere su ayuntamiento al desaparecer este en 1846. En 1849 producía trigo, lumbres y cáñamo. Ya entrado el siglo XX existen registros de abundante ganado lanar, cabrío y porcino; así como algunos talleres y comercios.

 

NAVARRA

  ACCESO A LOS PUEBLOS Abaigar Abárzuza /Abartzuza Abaurregaina/Abaurrea Alta Abaurrepea/Abaurrea Baja Aberin Ablitas Adiós Aguilar de Codés...